Varios artilugios robóticos creados por grupos de inventores-aficionados rusos apoyados por el movimiento patriótico Frente Popular ahora están ayudando al Ejército del país a evitar las bajas humanas en el conflicto ucraniano, al cumplir tareas de combate en las que antes intervenían efectivos.
Uno de ellos es un robot de transporte terrestre llamado Kurier ('Mensajero', en ruso), concebido por ingenieros de la República Autónoma rusa de Buriatia, como una plataforma de propulsión eléctrica de control remoto. Estos sistemas robóticos, que pueden disparar al enemigo, minar y desminar un área y, sobre todo, realizar misiones de transporte, suministro y evacuación de heridos, están operando en la zona de combate desde otoño de 2024.

Sus desarrolladores publicaron en su canal de Telegram imágenes de Kurier arrastrando a un robot de transporte Termit ucraniano a la retaguardia en calidad de 'prisionero' para, según bromearon, "interrogarlo y analizarlo".
La característica clave de su proyecto es la modularidad. La carga útil puede reemplazarse en tan solo unos minutos, adaptando el robot a las misiones de combate de cada momento.
El Kurier se controla por radio, transmitiendo video en tiempo real desde dos cámaras (incluida una termográfica) a la consola del operador. También puede controlarse por satélite o fibra óptica, que casi anula su vulnerabilidad a los sistemas de guerra electrónica.
Características del vehículo
Con un peso de hasta 250 kg, el robot alcanza la velocidad de 35 km/h. Su autonomía varía de 12 a 72 horas, según el modo de operación.
En 'activo', su batería dura entre 6 y 10 horas, tras lo cual se acciona un generador diésel que recarga las baterías durante varias horas más.
En modo 'emboscada', con solo la cámara activa, el robot puede permanecer operativo durante mucho más tiempo.
El control del vehículo es completamente remoto y puede efectuarse desde una posición protegida. El operador se encuentra en un refugio, desde donde puede controlar el aparato a una distancia de hasta 10 km.

