El navegante aéreo y el piloto del caza ruso MiG-31 contaron cómo los agentes de la inteligencia ucraniana intentaron reclutarlos para secuestrar el avión, portador de un misil hipersónico Kinzhal.
El piloto contó que en otoño de 2024 un desconocido que se identificó como Serguéi Lugovski, supuestamente empleado de una agencia de noticias, se puso en contacto con él a través de Telegram y le pidió asesoramiento sobre temas militares a cambio de dinero. "Creo que el objetivo de ponerse en contacto conmigo era el deseo de Serguéi de comprometerme para luego utilizarlo con fines de inteligencia", declaró el piloto.
Contó que el desconocido le ofreció transferir dinero a su tarjeta personal a cambio de proporcionarle supuestamente información de carácter militar. El piloto se negó a seguir comunicándose con esta persona.
Detalles sobre fallido plan de Kiev para secuestrar un caza rusoUn navegante aéreo reveló que los servicios especiales ucranianos le ofrecieron un millón de dólares por secuestrar un avión militar MiG-31 y tres millones de dólares si incluía un misil Kinzhal pic.twitter.com/KMYiW6aMow
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Toneladas de dinero
Por su parte, el navegante aéreo contó que los servicios especiales ucranianos se pusieron en contacto con él por correo electrónico y le propusieron inmediatamente secuestrar un avión militar, ofreciéndole un millón de dólares a cambio. Añadió que, si entregaba el avión con el misil hipersónico Kinzhal, le pagarían tres millones de dólares. Además, le ofrecieron la ciudadanía de un país occidental.
El navegante contó que un tal Alexánder se comunicaba con él a través de mensajeros extranjeros. "Al parecer, para tentarme y demostrar su importancia, me enviaron fotos y videos con imágenes de grandes cantidades de dinero en efectivo, que supuestamente estaban preparadas para mí después del secuestro", aseveró el militar; el FSB publicó un video de los fajos de billetes enviado al navegante.
"Ven, te estamos esperando. Así se ve esta cantidad de dinero" La inteligencia ucraniana, en un plan elaborado junto con Reino Unido, ofreció 3 millones de dólares a pilotos rusos para que secuestraran un MiG-31 portador de un misil hipersónico Kinzhal. https://t.co/P83c65oqE6pic.twitter.com/PUHoxkXuRd
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¿Cómo planeaban los ucranianos secuestrar el avión?
El navegante aéreo contó que les dijo a los ucranianos que no tenía las habilidades suficientes para aterrizar el avión MiG-31, ante lo cual Alexánder le organizó una charla por teléfono con un piloto de las Fuerzas Armadas de Ucrania que intentó enseñarle a aterrizar el avión en línea, "diciéndole que no era nada difícil ni complicado".
Según el plan que los servicios especiales ucranianos le contaron al navegante aéreo, querían que neutralizara al piloto en el aire, aprovechando las características del funcionamiento del sistema de oxígeno del avión, las máscaras o la estructura de las cabinas de los pilotos. "Querían que tratara la máscara de oxígeno del comandante con algún tipo de sustancia tóxica o que rompiera la mampara de cristal y lo neutralizara de alguna manera", sostuvo.
"Se planeó que el secuestro del avión MiG-31 se realizara durante un vuelo sobre las aguas del mar Negro. Al calcular la ruta del secuestro, Alexánder propuso realizar una aproximación al aeródromo de la provincia de Odesa a través del espacio aéreo de Rumanía sobre la ciudad de Constanza", donde se encuentra la mayor base aérea de la OTAN en el sudeste de Europa, manifestó el militar ruso, revelando los detalles del plan de la inteligencia ucraniana. Asimismo, declaró que el agente ucraniano le prometió "montar un reportaje para los medios de comunicación, simulando así el accidente de su avión, supuestamente para proporcionarle una coartada fiable".
Provocación frustrada
Este martes, el FSB frustró una operación de inteligencia militar ucraniana para secuestrar un caza MiG-31 ruso portador de un misil Kinzhal. La operación fue orquestada por la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania junto con agentes británicos.
El organismo indicó que el plan ucraniano tenía como objetivo crear una provocación contra la mayor base aérea de la OTAN en el sureste de Europa, situada en la ciudad rumana de Constanza. De acuerdo con el plan, los pilotos debían llevar el caza al extranjero; desde allí los agentes lo llevarían a la base de Constanza, donde debía ser derribado por los medios de defensa antiaérea.


